domingo, 31 de enero de 2016

Envidia

Hace algo de tiempo conocí a una chica especial. Ella es bastante friki: pasa horas viendo anime, juega muchos videojuegos y tiene bastantes rarezas. A decir verdad me sentí algo identificado con ella por el tema de que a mi también me gustan cosas que algunas personas podrían calificar de raras o para niños. En serio, odio con toda mi alma que me digan que un videojuego o un anime es para niños. Lo odio. Si madurar significa dejar de hacer las cosas que amas para convertirte en alguien que no eres, más preocupado por qué hacer en el futuro en lugar de qué estás haciendo en este momento, entonces madurar no tiene ningún sentido para mí. ¿Crecer significa dejar de soñar?
El caso es que a pesar de sentirme como esta chica al principio, luego me di cuenta de que tenemos muchísimas diferencias. Ella ha estado con bastantes chicos, baila muy bien, sale de fiesta cuando quiere..., y la empecé a detestar. Pensaba que alguien friki no podía tener novios, ni salir tanto de fiesta ni nada de eso, joder. Pero estaba completamente equivocado.

Cuando ya estaba un poco más calmado empecé a reflexionar. La chica en cuestión no es demasiado atractiva ni muy popular, entonces ¿por qué? Y lo descubrí. Es por el simple y maravilloso hecho de que ama hacer lo que hace y no le importa lo que los demás puedan pensar de ella.

Descubrí que mi odio se debía a envidia. Quería ser como ella, vivir como ella. Tal vez no tenga demasiados amigos pero ha encontrado aquellos que le comprenden y le valoran. Creo que es precisamente el hecho de que ama hacer lo que hace por lo que ha conseguido atraer a gente con los mismos gustos y aficiones.

Yo también quiero hacer las cosas que amo sin tener que dar explicaciones a nadie. Quiero ver anime, jugar a videojuegos, salir de fiesta, bailar hasta que me duelan las piernas, compartir mi vida con mis amigos, encontrar una chica especial que me ame o simplemente alguna relación intensa pero fugaz. Quiero irme a correr por la montaña, acudir a un festival de música, viajar, conocer a todo tipo de personas, ver un amanecer, practicar karate, disfrazarme para carnaval...
Joder, joder, joder, maldita sea. Soy un completo imbécil, un maldito infeliz. ¿Cuánto tiempo más voy a estar deprimido, pensando en para que vivo, o mi utilidad en este mundo?¿Soy tan débil de no poder hacer las cosas que amo? Además por qué cojones no lo hago. ¿Miedo al rechazo? No lo creo. Empiezo a pensar que ya es por costumbre. Parece que estoy atrapado en mis viejos y dañinos patrones mentales, esos que se repiten una y otra vez. Ahora mismo estoy en época de exámenes y entre hora y hora de estudio hay un tiempo en el que me lamento por mi maldita existencia. Si tengo tiempo para lamentarme por qué no aprovecharlo en hacer cosas que amo. Este debe ser mi principal objetivo, "ser un friki orgulloso" como algunos lo definirían. Yo viviré haciendo las cosas que amo, sin inclinar la cabeza ante nadie. Lo prometo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario