jueves, 15 de diciembre de 2016

Una fuerte presencia

En la última entrada hablé sobre la importancia de comer sano y hacer ejercicio. Acabo de zamparme un par de polvorones, donuts y un montón de cereales con muchísima azúcar. Me siento como un cerdo hipócrita. Oig, oig. El caso es que no tenía hambre, pocas veces tengo realmente hambre. A veces me pasa, es decir me pongo a comer sin parar y sin plantearme qué estoy haciendo, casi inconscientemente. Debe de ser un aspecto psicológico en vez de un mecanismo puesto en marcha por mi cuerpo para sobrevivir.

La verdad es que mi mente no es lo completamente sana que podría ser. Os diré que para mí una mente sana en una mente que no se preocupa de sucesos que ya han pasado o que todavía están por ocurrir, que no busca la aceptación de los demás, que no desperdicia su tiempo viendo estúpidos programas televisivos o repitiendo esas películas mentales una y otra vez.

A veces quiero llorar desconsoladamente. Miro hacia el pasado y me hace mucho daño, miro hacia el futuro y me dopo de esperanzas que en el fondo sé que probablemente son totalmente inútiles. Pero no consigo derramar una sola lágrima. A lo mejor no lo he intentado lo suficiente, quizá mi maldita mente se está riendo de mí: ¡No te va tan mal chico, sigue como hasta ahora, sumido en ilusiones y deseos. Sigue siendo usado por mí!

¡No quiero! No. Se acabó seguir siendo controlado por mi mente. Para hacerte mucho más fuerte debes utilizar tu mente únicamente para lo que quieres, no permitir que ella te utilice, te llene la cabeza de imaginaciones sobre el futuro o preocupaciones del pasado. Pero yo ya no quiero eso. Un nuevo entrenamiento se presenta ante mí, mucho mas difícil que cualquiera que haya llevado a cabo: una batalla contra mi propia mente, un duelo para recuperar el control de mi cuerpo y aumentar mi presencia en esta realidad, en lugar de mis numerosas aventuras al reino de la imaginación.

Lo único que hay que hacer en este entrenamiento es mantenerse presente. Ser consciente en todo momento de tu propio cuerpo en esta realidad, analizar tus emociones, administrar eficazmente tu tiempo, no pensar más de la cuenta. Sí amigos, pensar es una auténtica enfermedad, de las más peligrosas que te puedes encontrar en esta sociedad desarrollada. No tienes que pensar más de la cuenta. Si no puedes cambiar algo en este preciso momento, no te sumas en pensamientos pasados o futuros: elige usar a tu mente para lo que desees y evita que ella te usa a ti. Esta es la base de la meditación, por cierto.

Un auténtico guerrero no huye de la realidad, sino que la afronta, se mantiene plenamente consciente de cada mota de luz que encuentra en el eterno ahora. No existe pasado ni futuro, todo se desarrolla aquí y ahora. Esa es la clave de la vida. Por tanto, para este solitario entrenamiento (solitario porque en esta sociedad rara vez se ven personas que caminen por la calle plenamente conscientes de cada paso que están dando, cada cantar de los pájaros) debo examinarme continuamente a mí mismo y encontrar el botón mágico: aquel botón que al pulsarlo la mente se apaga completamente y tú te encuentras sumamente concentrado en lo que estás haciendo ahora: ya sea dar un paseo, subir escaleras o hacer la cama cada mañana.

Será un entrenamiento realmente difícil, pues es muy complicado sobreponerte a la mente hoy día, con esta sociedad a tu alrededor lleno de marketing, vendedores de sueños en forma de lotería o personas pensando en su jubilación cuando tienen 40 años. Basta ya maldita sea. Yo no puedo ser así, no me puedo permitir ser tan débil como para ser arrastrado por esta fuerte corriente de inconsciencia, ilusiones y preocupaciones. Debo ser fuerte.
Acabaré con una cita de El nombre del Viento, uno de mis libros favoritos:
"Mis mayores éxitos fueron producto de decisiones que tomé cuando dejé de pensar e hice sencillamente lo que me parecía correcto"

Resultado de imagen de aqui y ahora citas

sábado, 10 de diciembre de 2016

¡Ejercítate, demonios!

Las cosas no han salido tan bien como yo quería este nuevo curso de la universidad. Recuerdo pensar en vivir un montón de cosas nuevas, practicar algunos deportes de riesgo, irme bastante de fiesta con compañeros de clase o aprender muchas otras cosas aparte de lo que se da en la uni. Pero no, las cosas rara vez salen tan bien como uno quiere. Pero...

Sí hay algo de lo que estoy bastante contento: del ejercicio físico. Yo quería establecer un programa físico lo más eficaz para la quema de grasa y obtención de músculo y lo he conseguido. Y mucho más difícil aún, lo he seguido. Llevo ya tres meses con dicha rutina y me siento mejor que cuando empecé. Lo noto al mirarme en el espejo, pero también si me examino concienzudamente. Realmente el ejercicio puede hacer milagros disolviendo el estrés y las preocupaciones y procurándote un estado de alegría. Si no quedáis convencidos de mis palabras, proponeos un difícil día de entrenamiento en la naturaleza, recomiendo hacer ejercicios corporales (con el peso de vuestro propio cuerpo), y de camino a casa, totalmente exhaustos, mirad el estado de vuestra mente. ¿No os sentís mucho más calmados y en paz?

Gran parte del ejercicio que practico se debe gracias a un blog que considero el mejor en materia de deporte y nutrición: fitnessrevolucionario.com. Descubres cosas maravillosas. Y también lo podrida que está la sociedad. Quiero decir, el autor de esta web muchas veces comparte artículos donde desmonta los grandes consejos de la nutrición y el ejercicio: que si comer cinco comidas diarias, que si desayunar como un rey y cenar como un mendigo, que si ir al gimnasio es lo mejor para ponerte en forma... Y sabéis por qué los supuestos expertos en nutrición y deporte sueltan todas estas mentiras, por intereses económicos por supuesto. De este modo, encuentras una pirámide alimenticia donde los cereales ocupan un lugar privilegiado en la base, mientras que los patrocinadores de los estudios que han llevado a construir esa pirámide son AllBran o Kellog's.

Por ello en los últimos dos meses he intentado aprender a cocinar alimentos mucho más naturales y he notado una mejoría en la báscula, y mucho más importante aún, en mi propio cuerpo. Me siento mucho mejor. Quizás penséis que esto es terriblemente difícil, pero os aseguro que no tanto. Como todo en la vida es bien sencillo si sabes cómo. Echarle un vistazo al blog que os he sugerido arriba y si queréis más información comprad algunos de sus libros. Muchísimas dietas fracasan por el hecho de tener que pasar hambre obligatoriamente para bajar de peso. Esto en el libro "El plan revolucionario" que encontraréis en el blog, en una soberana tontería: debes comer la cantidad que te pide el cuerpo, es lógico. ¿Os imagináis una vida entera pasando hambre? ¡Horrible!.

En mi caso empecé siguiendo un programa de ejercicios corporales extraído del libro "Desencadenado" también del mismo blog y más adelante me descargué "El plan revolucionario". Además de proporcionarte un mes de comidas, enseñarte que alimentos son los mejores para nosotros o desmontar algunas mentiras en torno al miedo a la grasa y el colesterol, por ejemplo, cuenta con un grupo de facebook que te apoya y puedes preguntar dudas allí. Siempre suelen responder. Por último, estoy pensando en empezar otro programa, esta vez usando pesas rusas o ketllbells (recomiendo primero jugar con tu propio cuerpo y luego pasar a jugar con objetos externos), de un libro del blog llamado "Efecto*Ketllbell".

Como podéis ver, he cumplido bastante bien con mi meta de volverme más fuerte en le plano físico, aunque sé que todavía tengo mucho que mejorar. En ocasiones pienso en los fantástico que estuviera hoy si hace tres o cuatro años atrás hubiera descubierto este blog. Pero el pasado es el pasado, y la vida es y será siempre presente, así que más vale que me concentré en lo que puedo hacer aquí y ahora en lugar de los que podría haber hecho entonces.

Acabaré con un consejo para el yo del futuro que relea este artículo:
Tú, maldito holgazán, más vale que estés comiendo sano y haciendo mucho ejercicio porque si no te mataré, te sacaré los intestinos y me haré un bonito columpio con ellos. Sé donde vives.
...
Creo que esto ha sido demasiado raro hasta para mí...

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Perdona

Hace ya casi cinco meses que no publico nada por aquí. Ni en ningún sitio. Me refiero a nada importante, por supuesto. Si contamos con esos tontos tweets, esas conversaciones de Whatsapp repetitivas y sin sentido o esos proyectos de escribir algún relato inacabado, entonces llevo mucho menos.
¿Por qué vuelvo a escribir? No lo tengo nada claro. Quizá me sienta triste y busque algún lugar para reflejar sin tapujos mis sentimientos, quizás el libro que estoy leyendo: Tokyo blues, me inspire a escribir unas líneas. Ya os hablaré más adelante de él si considero que tiene peso en mi vida. Quizá escriba ahora porque quiero ser más fuerte. Esto ya lo había dicho y sin embargo quedó como los chapuceros relatos que jamás acabé. De ahí el título de este artículo: perdona. No va dirigido a ti, mi fiel lector. No, aunque si realmente querías haber escuchado algo sobre mí estos meses lo siento. Ponme un comentario si así lo deseas y nos sumergiremos en mi apasionante vida. Pero esa disculpa inicial iba dirigida exclusivamente a mi persona, por no haber sabido aprovechar el tiempo todos estos meses, por haberme sumido en la depresión, en la fría soledad, por haberme abandonado en muchos aspectos de mi vida, por haberme salido de esa senda empinada que es el ser cada día más fuerte.

No estaba seguro de querer retomar estos relatos, al menos en este mismo blog. Sentía que algo había cambiado y que quizás lo mejor fuera empezar uno nuevo o borrar absolutamente todo lo que he escrito anteriormente en este. Pero no lo voy a hacer, pues siento que esos antiguos escritos son una parte de mí. O quizá es que sea demasiado cabezón como para borrarlos, no lo tengo claro. A decir verdad, creo recordar que la razón que me llevó a empezar este blog es exactamente la misma que la que me conduce a retomarlo: volverme más fuerte. Así es, quiero plasmar en una hoja aquellas cosas maravillosas que he hecho a lo largo del día con el objetivo de inspirar a que tome muchas más aventuras y recordarme a mí mismo que cada día soy un poco más fuerte y sabio. No obstante, a decir verdad en alguno artículo pasados intenté conseguir lectores y es posible que me esforzará más en complacerlos que en reflejar realmente lo que se me pasaba por la cabeza en ese preciso instante. Un error tremendo. Y bastante ridículo si piensas que con toda probabilidad yo no tenga ni un solo lector permanente, únicamente aquellos que encuentran por casualidad esta página y se marchan tan rápido como vinieron. Ahora me da un poco más igual.

Mis artículos son bastante variados y se adaptan perfectamente a mi estilo de vida y humor en el momento de sentarme frente al ordenador: verás escritos humorísticos, de protesta, de amor, de odio de soledad, o completamente depravados. Además en las últimas publicaciones intenté acompañar el texto siempre con una imagen para aportar un elemento más visual, pero ahora parece que ya no me importa tanto.

Bien, creo que esto ha sido todo por hoy. Mañana escribiré un poco más. Ahora mismo tengo muchísimas cosas que quiero compartir con ustedes, sin embargo es hora de dormir. Realmente espero que esto no muera, es decir, que mantenga por siempre este esfuerzo que supone abrir mis sentimientos para examinarlos detenidamente, detectar errores, abrirme a nuevas aventuras e ir consolidando mis ideales por el camino.

Atentamente,
Un alma perdida en busca de fuerza.