viernes, 20 de mayo de 2016

El camino para volverse fuerte

¿Soy fuerte? Es una pregunta que actualmente se me está pasando por la cabeza. No me refiero al aspecto físico, es más bien a mi interior, a mi estado mental. Lo cierto es que me encuentro en una situación conflictiva conmigo mismo. Hay cosas que detesto y que aún sabiendo que no me va a servir para nada más que para dañarme, las hago. También hay oportunidades que amo y dejo escapar. ¿Por qué hago ésto?¿Qué es lo que está sucediendo en mi interior?

Existen tantas contradicciones dentro de mí que a veces siento que me odio a mi mismo. He conocido la soledad, quizás no una soledad abrumadora pues si tengo algunos amigos, pero en el fondo muchas veces me siento solo. Y sin embargo no hago nada para solucionarlo. No me gusta sentir que estoy perdiendo el tiempo, que no he hecho nada valioso a lo largo del día, y aún así pierdo el tiempo. Me digo que soy diferente al resto del mundo, que tengo otra personalidad, secretos y pensamientos que nadie conoce, y aún así voy en la misma dirección que todos.

Ahora mismo no soy fuerte, soy muy débil. No me refiero débil comparado con las demás personas, ésto únicamente me concierne a mí. Soy débil porque no puedo controlarme, no me obedezco, pienso que algo está bien y sin embargo hago lo contrario, o simplemente no tengo el valor para hacerlo.

No quiero ser tan débil. Debo volverme más fuerte, llegar un día en el que sea capaz de controlarme a mí mismo, que conozca todos los secretos de mi mente, que cumpla todo lo que me prometo. Entonces, ¿cómo puedo hacerlo?

Una de las cosas que más hago es volverme "inconsciente", poner el piloto automático. Por ejemplo voy a un lugar mientras pienso en que haré después, o cuando voy a estudiar fantaseo con vivir aventuras increíbles. He llegado a plantearme si no sería mejor abstraerme de esta realidad tan frustrante y centrarme en mi mundo de fantasía y mentiras. Al fin y al cabo, la realidad también está hecha de mentiras y sueño rotos. Pero no soy feliz de esta forma. No soy capaz únicamente de esconderme en mi mente sin hacer nada por mejorar está realidad.

Por ello, el primer paso para volverme más fuerte, es estar habitando dentro de mí, ahora, en esta realidad, en este lugar. Hacer que mi cuerpo se mueva hacia donde le ordene mi mente, y hacer que mi mente siga a mi cuerpo en cada paso que da. Debo ser yo mismo, ningún otro personaje inventado en mi subconsciente, o quizás conscientemente, no estoy seguro.
Por eso, cuando surja un pensamiento inconscientemente voy a intentar averiguar el por qué, y si no sirve para nada, si simplemente es una fantasía, una preocupación o ansiedad lo desecharé. También quiero que se vuelva un hábito preguntarme a mi mismo: ¿es ésto lo que realmente quiero hacer en este momento?¿estoy aprovechando el presente?

Llevaré a cabo estas medidas lo mejor que pueda y ojalá llegue un día en el que pueda escribir con toda la seguridad y sin miedo a equivocarme: me he hecho más fuerte.

Operación bikini mis cojones

Maldito estrés que llevo estos días!!! Como ya sabéis estoy en la universidad y se aproximan los exámenes finales. El cuatrimestre anterior me fue de puta madre, aprobé todas mis asignaturas; sin embargo, este cuatrimestre seguramente me caiga una y jamás he estudiado en verano. 
Esa es otra putada, se aproxima el puñetero verano y todavía no he llevado a cabo la operación bikini, joder.

Estaba a punto de salir a correr como un desgraciado, pero justo entonces he pensado ¿operación bikini?¿Eso no es para las chicas? Ya me entendéis, son las mujeres las que llevan puesto un bikini en la playa o piscina, no los hombres. Bueno algunos hombres los llevarán digo yo: cada loco con su locura ¿no?, aunque queda un poco raro. Señores, si vais a poneros un bikini, al menos deberíais depilaros el pecho. Igualmente vais a hacer el gilipollas, pero al menos tendréis un pechito increíble.

Lo que trataba de plantear era que si deberíamos llamar a la operación bikini masculina, operación bañador o algo por el estilo. Hace poco leí por las noticias que más del 50% de los hombre utilizan bañador en lugar de bikini, por lo que tiene lógica este nombre. Y así, entre pensamiento y pensamiento, bikini y bikini, se me ha pasado el tiempo de irme a correr y ahora debo estudiar para los exámenes. Me odio a mi mismo. Pero soy genial. Al lío.

Últimamente he hecho bastante ejercicio, salgo a correr 2 veces por semana, hago boxeo otras 2 y en mi casa me pongo a hacer algunas flexiones de vez en cuando. Sin embargo lo que más me falla es la alimentación. Algunas de mis ocupaciones son libros, ingeniería, videojuegos, anime..., es decir soy un puto friki (y muy orgulloso). Y como todo friki que se precie es absolutamente indispensable que viva con mis padres, claramente. Por tanto, es mi madre la que hace la comida, los días que no voy a la universidad.

Moisés, en su sabiduría, bajó un día del monte Fuji con las tablas de piedra que rezaban: 'Desayunarás como un rey, comerás como un príncipe y cenarás como un mendigo'. Es decir, nuestra cena ha de ser ligera, lo necesario y no más para pasar la noche. Este aspecto no lo cumplo, pues yo siempre suelo cenar bastante fuerte. Pero cada vez que le digo a mi madre que yo me hago la cena o que no cocine tanto, me encuentro con una réplica al estilo: "tienes que cenar porque eres joven y estás creciendo, y harás lo que yo te diga o me quito la alpargata y te golpeo desde aquí hasta Madrid". Con esas palabras a ver quien dice nada. 

Conclusión: debo seguir esforzándome con el ejercicio, mientras estudio para mis exámenes y me enfrento a mi madre con el tema de la maldita cena. Supongo que me llevará su tiempo: Roma no se hizo en un día. Verano, maldito cabrón, te estás acercando demasiado rápido. ¡Espérame!