jueves, 24 de marzo de 2016

Rompecabezas

Hace ya algún tiempo conocí a una chica muy interesante, sin embargo empecé a profundizar con ella hace tan solo unos pocos días ya que estuvimos los dos solos. No hubo ninguna caricia ni nada de eso, aunque en cierto modo no descarto la posibilidad de encariñarme con ella a un nivel más profundo, como pareja, sin embargo ¿serán mis sentimientos correspondidos? Quién sabe. Ojalá que sí pero todo es incierto y de lo contrario sería muy aburrido. Pocas cosas son más exquisitas que tener un misterio encerrado en el jardín de tu casa.

Entonces ¿qué es lo que más me llamó de ella?¿Sus ojos, su pelo, su mirada, su pasado, su trabajo, su coche, sus padres, su sonrisa, sus pechos, su forma de vestir? No, nada de eso. Todo en cierto modo, pero lo que más me apasionó de ella es su filosofía de vida. Imaginaos una chica con mucho que ofrecer, con una inquietud propia de un niño pequeño en una tienda de juguetes, el deseo de vivir cada día como si fuese el último, de romper con la monotonía de la rutina, de sumergirse en lo desconocido y bucear por esa gran aventura que es la vida misma. ¡Maravilloso, absolutamente maravilloso!

Sin embargo, esta deliciosa característica suya se ha convertido en un auténtico rompecabezas en mi cabeza. Ambos tenemos los mismo gustos y me gustaría formar parte de sus aventuras e iniciar yo también un camino tan impresionante y variado como el suyo. Pero está ese maldito sentimiento que siempre se me escapa, que me hace sufrir en soledad y envidiar al resto. Es el cálido y venenoso amor. ¿¿Qué demonios hago?? Todas mis relaciones con mujeres han salido mal o sólo han existido en mi extraviada y débil mente, jamás he estado con una chica, nunca he sentido a nadie enamorado de mí como yo lo estuve de ella y tengo miedo. Miedo a lo que pueda pasar. Es una chica estupenda y una amiga increíble pero qué pasaría si doy el primer paso a una relación amorosa y me rechaza. Quizás ya no podamos volver a los que somos ahora y eso me disgustaría enormemente. Argh, cruel destino.

Ayer me fui a tomar algo con algunos compañeros para celebrar las vacaciones de Semana Santa y les conté un poco acerca de mi problema. Son mayores que yo por lo que han pasado por bastantes líos amorosos. El más mayor, unos cuarenta años, me contó que de lo que más se arrepentía era de las personas que amaba y se le habían escapado entre sus dedos y me aconsejó que no piense mucho en el futuro, simplemente me divierta cuando esté con ella. Lo que tenga que llegar llegará y no pienso solo esperar sentado en el sofá de mi casa. Me levantaré y cambiaré.

jueves, 17 de marzo de 2016

¿Una historia de amor?

Acabé mis exámenes del primer cuatrimestre por lo que decidí descansar e irme de vacaciones a pasar un fin de semana lejos. No os contaré exactamente a donde fui pero os diré que hacía frío, mucho frío. Fui con algunos conocidos y otros totalmente desconocidos para mí y fue de este último grupo del que apareció una chica que tambaleó todo mi mundo.

Así es, si no eres muy avispado y no lo has averiguado por el título, ya sabes que este relato es de amor. Prepárate para oir una historia de esas ñoñas.

La chica en cuestión y yo teníamos bastantes gustos en común: jugábamos videojuegos, veíamos series parecidas y ninguno se mostraba demasiado "romántico", es decir que quizás ni ella ni yo hayamos tenido nunca una relación especial (en mi caso es verdad, si bien ella si ha salido con algunos chicos). Sin embargo, sí que dábamos muestras de afecto: hablamos sobre temas profundos, reíamos juntos, nuestras manos de entrelazaban con frecuencia. Ya se que he dicho que ninguno era bastante romántico y esto parece contradictorio, pero así es el amor. ¡Qué excusa tan mala joder!


Los minutos pasaban y cada vez estábamos más unidos, pero ambos sabíamos que la aventura llegaba al final. Hubo un caso parecido en que intenté besar a otra chica y me hizo una cobra espectacular y me cagué en todo lo que se puede uno cagar. Sin embargo esta vez fui con más cuidado. El último día le pedí que nos siguiéramos viendo en nuestra vida cotidiana y le insinué que saliéramos juntos.

Bueno hasta aquí dura la historia, el resto es personal. Estaba muy cansado al llegar a mi casa así que me tumbé en el sofá y me dormí enseguida. Nah es broma, ¿pero cómo os voy a dejar yo con la duda en vuestra mente? Le pedí salir pero me dijo que no tenía tiempo, estudiaba y trabajaba. Aunque si que me dijo que nos veríamos de vez en cuando para hacer alguna actividad juntos. No me gustó demasiado la respuesta porque esperaba conectar con ella a un nivel más profundo, aunque podía haber sido peor hay que admitirlo.

En resumen que sigo más solo que la una, esta no es una historia de amor ni ñoñas porque en esas putas historias el chico siempre acaba con la chica y me cago en el amor y todas sus contradicciones e imperfecciones. Esas perfectas imperfecciones...

viernes, 4 de marzo de 2016

Como un rojo amanecer

Ayer estaba tan tranquilo paseando por el pueblo cuando, sin motivo alguno, sentí la irresistible necesidad de sacar la navaja y pegarle tres navajazos a alguien por la espalda. Así lo hice. La roja sangre me salpicó por la ropa y el pelo así que cuando llegué a mi casa lavé la camiseta que llevaba con una mezcla de Fairy y Ariel (por si acaso uno de los dos detergentes fallaba). Metí la cabeza en la lavadora pero me sentí mareado cuando empezó a entrarme agua en la boca y jabón en los ojos por lo que paré y mi cabello permaneció de rojo oscuro color sangre.

-¿Te has tintado de rojo?
-Que no joder, maté a un tipo y no pude quitarme los restos de sangre del pelo.

Pues eso amigos, que ahora llevó el pelo tintado de rojo, aunque más bien son como mechas que recorren toda la parte de arriba sin llegar a los laterales de mi cabeza. Era algo que llevaba un tiempo deseando hacer y por fin he dado un paso adelante y me he atrevido. No creo que me vuelva a tintar el pelo de ningún color. No, no es que no me guste, pero a decir verdad tampoco me apasiona muchísimo. Es diferente, aunque yo siempre me he considerado alguien diferente así que me viene como anillo al dedo.



Cuando estaba poniéndome el tinte en la peluquería, pensaba en lo mal que me estaba quedando. Pero una vez enjuagado el pelo y cortado, descubrí que para nada está mal. Aun así el resultado no me gustó demasiado y al día siguiente estaba bastante vergonzoso de mostrar el resultado por ahí. Sin embargo me he acostumbrado mucho más rápido de lo que pensaba. Este es el segundo día con el pelo rojo y me está enamorando. Al principio mi familia me miraba con una cara de ¿qué demonios has hecho?, algo así como mis amigos pero éstos últimos me tomaban el pelo (nunca mejor dicho, ¿verdad?). Sin embargo en poco tiempo se han acostumbrado también ellos. Aunque es cierto que todavía falta muchísima gente que me conoce y todavía no lo ha visto. Pero ya se acostumbraran. Y si no que se jodan.


Reflexionando me doy cuenta de que todavía es pronto para saber si me gusta o no, no lo he llevado el tiempo suficiente. Voy a darle una oportunidad haber como acaba, aunque sea como sea me alegro de haberlo hecho. No tanto por el resultado sino por el simple hecho de haberme atrevido, de haber dado el paso aunque fuese un completo desastre. Estoy a un paso por delante de superar mis miedos y me siento feliz por eso. Es mejor actuar y luego tener que arrepentirse que arrepentirse de no haber hecho nada. Este mes el rojo será mi color.